Yo sé que me jacto de ser fan de #DCcomics desde hace muchos años y que, a estas alturas, hay títulos y autores por los que muchos te crucifican si no los conoces; yo diría que “All-Star Batman y Robin” (2005) es uno de esos.
Pero como buena seguidora del murciélago y, por sobre todo, del chico maravilla, eventualmente tenía que leer este tomo tan icónico como polémico de la historia de DC.
Durante la década de los 2000, DC se propuso volver a adaptar las historias de algunos de sus personas más populares, pero ahora contadas por escritores y artistas de renombre en la industria de los cómics.
Si bien en su momento la editorial pretendió volver a debutar a varios héroes, solo 2 lograron salir a la luz: Superman y Batman. En el caso que nos convoca, “All-Star Batman y Robin” fue entregada a Frank Miller para, que con las ilustraciones de Jim Lee, narrara su propia interpretación del personaje, donde escoge el momento en que Bruce Wayne adopta Dick Grayson bajo su tutela luego de que este último quedara huérfano en un “accidente de circo”, formando así el famoso Dúo Dinámico.
Ahora, antes de que cualquiera se enoje, yo tengo clarísimo que gracias a Miller tenemos algunas de las publicaciones más importantes en la historia de los cómics, entre estas el aclamado “Batman: el caballero oscuro” (que tampoco he leído, pero vi la película animada y sí me gustó); sin embargo, All-Star en particular queda muy por detrás del anterior. Y me tomo la libertad de hablar solo sobre Frank Miller porque opino que no hay nada que decir sobre el estilo de Jim Lee.
Ahora, entendemos que la premisa de la serie All-star era volver a presentar a estos personajes, célebres y queridos por el público, en escenarios más modernos, con narrativas más contemporáneas. No obstante, considero que la adaptación de Frank Miller es tan exagerada que si no fuera por el título fácilmente podría tratarse de otro personaje y no del Batman que conocemos (no sé, o al menos yo conozco).
El caballero oscuro es la noche, es la venganza, la justicia… todo lo que quieran. Pero no es un desquiciado. Bajo la presentación de Miller, Bruce Wayne se plantea no solo como ridículamente temerario, violento y abusivo (porque la forma en que trata a Dick Grayson, que es un niño y acaba de quedar huérfano, es absolutamente desmesurada), sino que incluso es grotesco.
Y claro, Batman no es Superman, no se caracteriza por ir a la luz del día sonriendo a las familias ni ser cálido u optimista. El murciélago se enfrenta a lo más feo de una ciudad abandonada en la corrupción y la inmoralidad. Sin embargo, también es esperanza para Gotham.
Para mí, esta adaptación queda muy fuera de personaje, completamente opuesto a lo que logró, por ejemplo, Bruce Timm con “Batman: la serie animada”, Jeph Loeb con “El largo Halloween”, o incluso el mismo Miller con “Año uno”. Para mí, incluso Batmanga (ahora publicado por Panini), la adaptación japonesa al estilo Detective Conan) es mucho más similar y disfrutable que All-Star.
En fin, tal vez soy demasiado suave, pero tal vez tengo razón en describir esta serie como uno de los peores giros que ha tenido el personaje.
Díganme ustedes qué opinan, y si gustan, recomiéndenme algo para añadir a mi lista de lecturas. ¡Nos leemos!
2 comentarios
Hola.
ResponderEliminarUn gran gusto el volver a leerte.
Interesante artículo.
El regreso del Caballero Nocturno es uno de las grandes historietas.
Frank Miller deslumbre con su guión, con la historia planteada. Y el dibujo no es el mal logrado, tiene errores de continuidad. Pero es efectivo en las escenas de acción, tiene sentido esa estética fea. Y es salvado por la colorista, que era su pareja.
Aunque traslador esa idea a las etapas iniciales, como comentás que hace, no es la mejor idea para Batman. No tiene sentido que maltrate tanto a Robin, al primero.
Por lo que contas, lo mejor es el dibujo de Jim Lee.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar